sábado, 8 de junio de 2013

La Boliviana (capítulo 1)

Esta historia me sucedió hará siete u ocho años y cuando la recuerdo un pequeño escalofrío me recorre el cuerpo, probablemente por lo que pudo pasar y no pasó.

Resulta que teníamos una chica boliviana trabajando interna en casa, la situación no nos hacia mucha gracia, una persona en casa resulta una perdida importante de intimidad.

Sin embargo, con mi mujer trabajando en  el Puerto y yo en Corsan, era difícil ocuparse de dos bebés, nuestros hijos tenían en aquel entonces cuatro meses el pequeño  y dieciocho meses el mayor.

La boliviana se llamaba Rosmary y llevaba viviendo con nosotros unos cinco meses, tenía marido o pareja, no se muy bien qué era, pero fuese lo que fuese vivía en Santa Cruz y trabajaba en el mundillo de la construcción.