En realidad esta historia debería titularse "La Senegalesa" pero como guarda cierta similitud con una historia que escribí sobre una chica boliviana " La Boliviana" juzgad vosotros mismos si el titulo es acertado o no.
Esta boliviana de ahora que como digo no es boliviana sino senegalesa se llamaba y espero que se siga llamando Ana.
Es curioso, en Senegal puedes saber qué religión, musulmana o cristiana, profesa la gente en función de su nombre. Si se llaman: Moustafa, Abdul, Mohamed, Amadou, etc y ellas: Fatou, Isatou, Mariamma, Aisa, etc, son sin duda Musulmanes y de padres musulmanes.
Por otro lado están los cristianos, que tienen nombres como Jesús, Juan, Pedro, Pablo, pero en su versión francesa; y ellas: Ana, María, Cristina, Beatriz, etc, también en su versión francesa.
Al final te das cuenta que el continente negro, que no tenía nada que ver con la religión ha sido conquistado por una o por otra, ¡hostias¡, al igual que el resto del mundo.
Dejándonos de filosofía o religión que no lleva a ningún sitio, resulta que Ana era la asistenta senegalesa o "femme de ménage" (que dirían los franceses) que teníamos en nuestra casa de Dakar.
En nuestro apartamento vivieron varias personas; los fijos éramos Mario y yo, aunque durante un tiempo vivió German, luego Manuel y en ocasiones invitados varios.