Una de las cosas que más me gustan en la vida, y de las más divertidas que se puede hacer vestido, es, la pesca. A mi me inició, desde pequeño, mi abuelo Alvaro, mis padres nos dejaban durante gran parte del verano a cargo de mis abuelos, para poder así salir del agobiante Madrid de los meses de Julio y Agosto.
Mi abuelo, ya jubilado, no tenía otras diversiones que la pesca y el ajedrez, en las dos artes me instruyó. Fue muchos años después, ya de adulto, que Canarias me permitió recuperar mi afición por este bellísima actividad.
En Canarias se conoce como Pota a un cefalopodo (calamar) de unos 40-60 cm; su pesca está rodeada de misterio e historias antiguas de desapariciones de pescadores, se practica durante los meses de agosto y septiembre y siempre por la noche, después de haberla practicado se comprende el por qué de tales historias misteriosas.
La pesca de la pota es muy peculiar, si no te acompaña algún experto la primera vez, es prácticamente imposible que salga bien. Yo sólo he ido una vez a tal menester, fue un rotundo éxito de capturas, pero de eso han pasado ya tres años y sigo sin ganas de repetir la experiencia.
Resulta que me llegó una invitación para embarcarme en: "una noche inolvidable de pesca de Pota" a través de un amigo. El que me invitó no era ni el pescador ni el dueño del barco, sino un amigo de un amigo que a su vez tenía un conocido que salía por las noches a pescar Potas; vamos, una oferta con total garantía y seguridad.
Uno no puede ir contra su naturaleza y yo siempre he tenido ese jodido impulso de aventura, riesgo y curiosidad que, en ocasiones, me ha llevado a situaciones digamos que incómodas (en Andalucía lo llamarían situaciones para acojonarse), en otras, la mayoría, se han convertido en experiencias inolvidables y que ahora trato de recuperar e ir plasmando en este Blog.
Según la invitación comentada yo debía estar en el puerto deportivo de La Dársena de Pesca de Santa Cruz de Tenerife, el miércoles a las ocho de la tarde, allí estaría el patrón y pescador a la par, con el que iba a embarcarme esa noche.
Llegué al puerto con quince minutos de antelación, vestido con ropa deportiva y sin material de pesca alguno, ni siquiera mis cañas de pesca, me habían comentado que todo corría a cargo del patrón, toda una gentileza por su parte.
Después de varias vueltas alrededor de los pantalanes de la Dársena, constaté que allí no había nadie, ningún barco que tuviese pinta de salir a pescar, no se veían cañas en ningun barco y no veía tampoco ningún barco apropiado y preparado para hacerse esa noche a la mar. Pensé que la pesca se había debido suspender por como estaba el tiempo, olas de 3 a 4 metros con media marejada, el patrón no tenía mi teléfono y seguramente no había podido avisarme.
Vi entonces un barco de unos 9 metros con un par de tipos en cubierta, me acerqué y les pregunté, pero ninguno de ellos se llamaba Paco, que era como me habían dicho que buscase al patrón. Ví otro tipo extraño, en el último pantalán, estaba en un barco viejo, de no más de 6 metros, ni de coña, pensé, en cualquier caso me acerqué, se trataba de una barquilla de fibra, de entre 15 a 30 años de antigüedad , y con un motor Yammaha de 40cv de años indeterminados. Segurísimo que esto no es, me ratifiqué en mis pensamientos.
-¡Jefe!, ¿no será usted Paco?-
--así me llaman-
-pues nada encantado, yo es que pasaba por aquí pero ya me voy, que tengo mucho lío-
--¿Raúl?, ¿Eh, ehh,..!
-Sí, pero yo ya me iba, que tengo lío-
-¡Arriba hombre, venga, embarquese que ya vamos tarde! ¿esEa es la ropa que lleva? ¿Donde esta el chubasquero y las botas?, es igual, arriba, que yo llevo de repuesto-
Cuando te pillan así, de improviso, resulta lo mejor para cometer locuras, si lo piensas diez segundos no te embarcas.
Yo no quería subir pero sin darme cuenta ya estabamos saliendo por la bocana del puerto.
Me vestí con la ropa gentilmente prestada por Paco y sutilmente aromatizada a pescado y menos mal, porque empezaron casi de inmediato los rociones de mar, que ya durarían unas cuantas horas.
La navegación se prolongó mar adentro durante una hora y yo cada vez iba más cagado,
-¿Falta mucho todavía?-
Le pregunté al patrón por cuarta vez y lo mismo me repondió por cuarta vez
-es ahí mismo-
Acepté que este viaje ya no tenía marcha atrás y me dije una de mis frases preferidas:
-A tomar por culo, que sea lo que Dios quiera.-
Hora y cuarto después llegamos a una zona donde ya pescaban mas de media docena de barcas,.¡Increíble!, había más zumbados aparte de Paco, claro que la mayoría parecían barcos un poco más grandes.
Paco era un pescador de tradición familiar, de edad difícil de determinar, diría que entre los cuarenta y sesenta años sin riesgo de equivocarme, la tez curtida y las manos como guantes de béisbol, se nota que algo sabe de este asunto de la Pesca.
Alcanzado nuestro destino, los hechos sucedieron vertiginosamente:
Paco me suelta una bobina de nilón enrollada en una madera y con una muestra artificial diseñada por el mismo, enciende un potente foco y lo coloca por la borda contraria a la que vamos a pescar, el barco se mueve como una batidora y de vez en cuando nos salpica un buen roción de agua.
Paco me enseña detenidamente y con una extensa y detallada explicación:
-esto es así, coges la línea, la dejas caer lento y cuando pique, jalas despacio pa'rriba"
Bueno, pues como ha quedado todo claro, ,¡a pescar¡ y sobre todo a mantener el equilibrio para no caerte por la borda, ¡cosa facil¡ Veo que Paco tira la linea y ¡zas¡, a la primera, increíble, ya tiene un calamar, cuando lo sube al barco grita:
- "¡POOOOTA!"-
Ahora yo, tiro un lance y nada, otro y nada, otro y al quinto,
-¡lo tengo!, ¡picada!, le digo a Paco-
-¡coño esto mola! Paco picó.-
-¿qué ?-
-Que picó la pota-
-Me grita: se dice ¡POOOOTA !-
-Vale, vale, pues, POTA, grito-.
-¡Que no!, que cuando trinca se dice ¡POOOOTA!
-Vale, vale, pues: ¡POOOOOOOOOOTA!
¡Así, sí!-
Ya tengo la Pota en el barco y ahora, ¿ cómo se suelta?, porque este bicho da hasta miedo de tocarlo. Observo a Paco que ya lleva tres en el barreño pero no veo cómo las suelta y le pregunto.
-Paco, ¿cómo se le quita el anzuelo?-
-"Acerca la boca y le soplas"
Extraño, pero pruebo, acerco la boca al calamar y ¡zas!, roción de tinta en toda la jeta,
-¡Será cabronazo el Paquito!-
Se descojona, nos descojonamos, ya estoy bautizado, la cara negra; en realidad sólo había que girar la mano y el bicho se suelta sólo.
¡Increíble!, que divertido, a pesar de estar enchumbados de agua y tinta, es una de las veces que más me he divertido pescando en mi vida, dos horas sin parar, rociones de tinta, de agua y dos barreños gigantes de Potas hasta arriba; habrá más de 50 POTAS y cada una pesa dos o tres kilos.
-Oye, Paco, ¿ese barco que viene hacia nosotros es el Ferry?-
-Sí, tranquilo, que se desvía, hay mucho barco pequeño por esta zona y nos ven con el radar-
-Pues Paco, a mi me parece que viene hacia nosotros y no se desvía-
-Tranquiiiilo, mi niño-
-Pero, Paco yo lo veo cada vez mas cerca-
-¡Hostias, que cabrón! Que no se desvía, arreando que se nos echa encima-
-¡Joder, Paco, acelera!- (estampida general de todos los barquichuelos)
-Mira que cerca nos ha pasado-
-¡Ñoo, es enorme!
-Joder, que olas, ¡ Cabrón !
-¡Uffff, por los pelos!
--¡Venga!, a lo nuestro,¡A LAS POTAS!
Volvimos al sitio para completar los dos barreños y a las dos de la madrugada rumbo para puerto.
Ahora me era mas fácil entender las historias de desapariciones y demás misterios alrededor de la pesca de la pota. Estos barcos y esta gente arriesgan la vida en esta curiosa pesca, la mayoría de las veces Paco sale sólo como otros de su especie, el más mínimo error o problema puede hacer que el mar se lo trague y no sería cosa tan difícil.
Hola Raul, yo no tengo tu suerte para que alguien me enseñe a coger potas (estoy en el norte Tenerife) siempre todo lo he tenido que aprender yo. Podrías expilcarme algunas cosillas como
ResponderEliminar¿A cuanta profundidad estaba el fondo?
¿A cuanta profundidad estaban las potas?.
¿Cuanto pesaba la potera?
Con eso me es suficiente. Gracias por tu historia, nos hemos reído un montón.
Un saludo