sábado, 2 de diciembre de 2017

Una invasión, un golpe de estado y un tío con mala suerte (capítulo 2)

El golpe de estado

La suerte

Soy un férreo creyente de la fortuna, del karma, la estrella o como se le quiera llamar a la "suerte" y es que hay gente que nace con ella y otros que ni aunque vivan mil años.

Es cierto que la suerte hay que buscarla, no te puedes quedar sentado a esperarla porque seguramente pase de largo. Como decía en sus chistes Arévalo al genio de la lampara: "pero cacho mamón cómo te va a tocar la lotería sin comprar el décimo", no puedes encontrar un buen trabajo sin haberte preparado y en general no puedes ganar sin esforzarte y competir para que llegue ese punto de suerte.
Y no es menos cierto que la mala suerte viene sin buscarla, que si puede entra sin llamar y que normalmente te pilla por sorpresa.

Todo esto, que es chusca sabiduría popular es para mi una religión y junto con lo de intentar pasarlo bien hagas lo que hagas ha sido parte de la columna vertebral de mi existencia.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Personajes de mi periplo africano.(1) Monsieur Sall

Siempre que coincidimos con gente que vivió nuestra etapa africana acabamos recordando a muchos de los personajes con los que allí tratamos. Es normal que las personas que dejan huella en la vida no suelan ser comunes, algún rasgo físico, psíquico, algo singular tienen sin excepción y eso es lo que nos quedará como recuerdos e imágenes de ellos.

Inicio con esta historia una serie  sobre varios de esos seres que marcaron nuestras vidas, con el fin de rendirles mi tributo y hasta admiración en algunos casos.

Monsieur Sall

Os contaré que para hacer los 200km de carretera que nos habían contratado necesitábamos una cantidad enorme de áridos. En una carretera el árido se utiliza para elaborar los hormigones y el aglomerado (asfalto para los neófitos), y en doscientos kilómetros de carretera necesitas una cantidad ingente de este material.

El problema era que en Senegal las canteras de áridos estaban situadas en el norte del país, a unos 800km de nuestra obra, que con el estado de las carreteras en aquel entonces era como decir en la luna.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Una invasión, un golpe de estado y un tío con mala suerte (capítulo 1)

La invasión
Llevábamos ya más de dos años trabajando en Senegal cuando tuvimos un nuevo golpe de suerte, habíamos licitado una gran obra en el país vecino, Gambia, y sonó la flauta, nos adjudicaron la infraestructura más singular y complicada de África Occidental, un gran puente de 1km de largo sobre el río Gambia.

Gambia es un pequeño país que se desarrolla a lo largo del río del mismo nombre, unos 275km de largo y no más de 50km de ancho, rodeada en su totalidad por Senegal salvo en la desembocadura del río al Océano Atlántico.

Para trabajar en África es necesario un pequeño periodo de adaptación que varía de dos a doscientos años, nuestro master MBA de casi tres años fue en Senegal donde nos habían recibido, como a todos los blanquitos, con los brazos abiertos, para posteriormente robarnos, engañarnos, timarnos, extorsionarnos, amenazarnos y vilipendiarmos, eso sí, casi siempre con una gran sonrisa, que para eso es el país de la Teranga.

Quitando esas pequeñas cosillas un tanto molestas, habíamos logrado salir adelante en nuestros tres proyectos, casi todos habíamos aprendido francés aunque a costa de enterrar el poco inglés que manejábamos  y ya entendíamos más o menos la idiosincrasia del país.

jueves, 4 de mayo de 2017

Lecciones de fútbol

Este fin de semana, varios padres con nuestros hijos, hemos recibido unas lecciones vitales provenientes del mundo del fútbol. Nunca imaginé que ese mundillo, y menos a nivel de críos, pudiera reportar valores y experiencias tan positivas.
Como siempre, de todas las experiencias que nos va arrojando la vida, se puede extraer lo bueno o lo malo, lo triste o lo alegre, lo cómico o lo trágico. Yo elijo siempre filtrar lo positivo y archivarlo arriba, en lo más cercano, lo demás es un mal recuerdo que uno debe dejar lo más abajo posible, aunque sin olvidarlo.
Al lío.
El equipo Alevín A de fútbol del Club Coromoto ha ganado este año la liga regular en su grupo. Como consecuencia de ese éxito fue invitado ha participar en La Danone Cup que se celebra en Gran Canaria y que aglutina a diversos campeones de la misma categoría de las diferentes islas. 
Un total de 64 equipos, a una media de 10 jugadores por equipo, son unos 650 niños, más entrenadores, padres, organizadores, etc. En fin, un evento importante a nivel deportivo.
Del torneo salen dos campeones, el campeón absoluto que va a jugar a Barcelona contra los diferentes campeones de las diferentes comunidades y el campeón de consolación, que se lleva una copa y unos detalles de la organización.
Nuestros chicos, Isaac, Airam, Adrian, Iván, José, Pedro, Beltrán, Mario y Ramón, en su primera participación del club en dicho torneo jugaron como campeones. Una gran azaña. Sin embargo lo más importante para mí ha sido el desarrollo de los acontecimientos y lo que todos hemos aprendido como lecciones de vida, que es en realidad lo que quiero describir.

miércoles, 4 de enero de 2017

La Boliviana (capítulo 2)

En realidad esta historia debería titularse "La Senegalesa" pero como guarda cierta similitud con una historia que escribí sobre una chica boliviana " La Boliviana" juzgad vosotros mismos si el titulo es acertado o no. 

Esta boliviana de ahora que como digo no es boliviana sino senegalesa se llamaba y espero que se siga llamando Ana.

Es curioso, en Senegal puedes saber qué religión, musulmana o cristiana, profesa la gente en función de su nombre. Si se llaman: Moustafa, Abdul, Mohamed, Amadou, etc  y ellas: Fatou, Isatou, Mariamma, Aisa, etc, son sin duda Musulmanes y de padres musulmanes.

Por otro lado están los cristianos, que tienen nombres como Jesús, Juan, Pedro, Pablo, pero en su versión francesa; y ellas: Ana, María, Cristina, Beatriz, etc, también en su versión francesa.
Al final te das cuenta que el continente negro, que no tenía nada que ver con la religión ha sido conquistado por una o por otra, ¡hostias¡, al igual que el resto del mundo.

Dejándonos de filosofía o religión que no lleva a ningún sitio, resulta que Ana era la asistenta senegalesa o "femme de ménage" (que dirían los franceses) que teníamos en nuestra casa de Dakar. 
En nuestro apartamento vivieron varias personas; los fijos éramos Mario y yo, aunque durante un tiempo vivió German, luego Manuel y en ocasiones invitados varios.