miércoles, 3 de enero de 2018

Una invasión, un golpe de estado y un tío con mala suerte (capítulo 3)


Un tío con mala suerte

Los días 8 y 9 de enero de 2015 me citaron en la central de la empresa en Madrid, supongo que para informar a mis jefes, por enésima vez, sobre los mil y un problemas que teníamos en Senegal por falta de pasta. Aquello a nivel económico era un continuo calvario.

Y como siempre, como solución, me dieron un sabio consejo:

-Raúl, búscate la vida que no hay un euro-

-La cosa está mu mal-

Lo bueno de aquellas visitas a Madrid era que te enterabas de que lo nuestro, lo de las obras de  Senegal, no era un caso especial, sino uno más de los muchos problemas que tenía la empresa, y además, no de los peores. Y ya sabe: "mal de muchos consuelo de tontos".

En una ocasión, oí a una agregada comercial (María) con mucha experiencia en diversos países de África decir una frase que me impactó y me quedó grabada. Venía a decir algo así:

"Si una empresa española viene sana a África es posible que se constipe o enferme, y si viene ya constipada o enferma, es muy probable que coja una pulmonía o muera"

sábado, 2 de diciembre de 2017

Una invasión, un golpe de estado y un tío con mala suerte (capítulo 2)

El golpe de estado

La suerte

Soy un férreo creyente de la fortuna, del karma, la estrella o como se le quiera llamar a la "suerte" y es que hay gente que nace con ella y otros que ni aunque vivan mil años.

Es cierto que la suerte hay que buscarla, no te puedes quedar sentado a esperarla porque seguramente pase de largo. Como decía en sus chistes Arévalo al genio de la lampara: "pero cacho mamón cómo te va a tocar la lotería sin comprar el décimo", no puedes encontrar un buen trabajo sin haberte preparado y en general no puedes ganar sin esforzarte y competir para que llegue ese punto de suerte.
Y no es menos cierto que la mala suerte viene sin buscarla, que si puede entra sin llamar y que normalmente te pilla por sorpresa.

Todo esto, que es chusca sabiduría popular es para mi una religión y junto con lo de intentar pasarlo bien hagas lo que hagas ha sido parte de la columna vertebral de mi existencia.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Personajes de mi periplo africano.(1) Monsieur Sall

Siempre que coincidimos con gente que vivió nuestra etapa africana acabamos recordando a muchos de los personajes con los que allí tratamos. Es normal que las personas que dejan huella en la vida no suelan ser comunes, algún rasgo físico, psíquico, algo singular tienen sin excepción y eso es lo que nos quedará como recuerdos e imágenes de ellos.

Inicio con esta historia una serie  sobre varios de esos seres que marcaron nuestras vidas, con el fin de rendirles mi tributo y hasta admiración en algunos casos.

Monsieur Sall

Os contaré que para hacer los 200km de carretera que nos habían contratado necesitábamos una cantidad enorme de áridos. En una carretera el árido se utiliza para elaborar los hormigones y el aglomerado (asfalto para los neófitos), y en doscientos kilómetros de carretera necesitas una cantidad ingente de este material.

El problema era que en Senegal las canteras de áridos estaban situadas en el norte del país, a unos 800km de nuestra obra, que con el estado de las carreteras en aquel entonces era como decir en la luna.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Una invasión, un golpe de estado y un tío con mala suerte (capítulo 1)

La invasión
Llevábamos ya más de dos años trabajando en Senegal cuando tuvimos un nuevo golpe de suerte, habíamos licitado una gran obra en el país vecino, Gambia, y sonó la flauta, nos adjudicaron la infraestructura más singular y complicada de África Occidental, un gran puente de 1km de largo sobre el río Gambia.

Gambia es un pequeño país que se desarrolla a lo largo del río del mismo nombre, unos 275km de largo y no más de 50km de ancho, rodeada en su totalidad por Senegal salvo en la desembocadura del río al Océano Atlántico.

Para trabajar en África es necesario un pequeño periodo de adaptación que varía de dos a doscientos años, nuestro master MBA de casi tres años fue en Senegal donde nos habían recibido, como a todos los blanquitos, con los brazos abiertos, para posteriormente robarnos, engañarnos, timarnos, extorsionarnos, amenazarnos y vilipendiarmos, eso sí, casi siempre con una gran sonrisa, que para eso es el país de la Teranga.

Quitando esas pequeñas cosillas un tanto molestas, habíamos logrado salir adelante en nuestros tres proyectos, casi todos habíamos aprendido francés aunque a costa de enterrar el poco inglés que manejábamos  y ya entendíamos más o menos la idiosincrasia del país.

jueves, 4 de mayo de 2017

Lecciones de fútbol

Este fin de semana, varios padres con nuestros hijos, hemos recibido unas lecciones vitales provenientes del mundo del fútbol. Nunca imaginé que ese mundillo, y menos a nivel de críos, pudiera reportar valores y experiencias tan positivas.
Como siempre, de todas las experiencias que nos va arrojando la vida, se puede extraer lo bueno o lo malo, lo triste o lo alegre, lo cómico o lo trágico. Yo elijo siempre filtrar lo positivo y archivarlo arriba, en lo más cercano, lo demás es un mal recuerdo que uno debe dejar lo más abajo posible, aunque sin olvidarlo.
Al lío.
El equipo Alevín A de fútbol del Club Coromoto ha ganado este año la liga regular en su grupo. Como consecuencia de ese éxito fue invitado ha participar en La Danone Cup que se celebra en Gran Canaria y que aglutina a diversos campeones de la misma categoría de las diferentes islas. 
Un total de 64 equipos, a una media de 10 jugadores por equipo, son unos 650 niños, más entrenadores, padres, organizadores, etc. En fin, un evento importante a nivel deportivo.
Del torneo salen dos campeones, el campeón absoluto que va a jugar a Barcelona contra los diferentes campeones de las diferentes comunidades y el campeón de consolación, que se lleva una copa y unos detalles de la organización.
Nuestros chicos, Isaac, Airam, Adrian, Iván, José, Pedro, Beltrán, Mario y Ramón, en su primera participación del club en dicho torneo jugaron como campeones. Una gran azaña. Sin embargo lo más importante para mí ha sido el desarrollo de los acontecimientos y lo que todos hemos aprendido como lecciones de vida, que es en realidad lo que quiero describir.

miércoles, 4 de enero de 2017

La Boliviana (capítulo 2)

En realidad esta historia debería titularse "La Senegalesa" pero como guarda cierta similitud con una historia que escribí sobre una chica boliviana " La Boliviana" juzgad vosotros mismos si el titulo es acertado o no. 

Esta boliviana de ahora que como digo no es boliviana sino senegalesa se llamaba y espero que se siga llamando Ana.

Es curioso, en Senegal puedes saber qué religión, musulmana o cristiana, profesa la gente en función de su nombre. Si se llaman: Moustafa, Abdul, Mohamed, Amadou, etc  y ellas: Fatou, Isatou, Mariamma, Aisa, etc, son sin duda Musulmanes y de padres musulmanes.

Por otro lado están los cristianos, que tienen nombres como Jesús, Juan, Pedro, Pablo, pero en su versión francesa; y ellas: Ana, María, Cristina, Beatriz, etc, también en su versión francesa.
Al final te das cuenta que el continente negro, que no tenía nada que ver con la religión ha sido conquistado por una o por otra, ¡hostias¡, al igual que el resto del mundo.

Dejándonos de filosofía o religión que no lleva a ningún sitio, resulta que Ana era la asistenta senegalesa o "femme de ménage" (que dirían los franceses) que teníamos en nuestra casa de Dakar. 
En nuestro apartamento vivieron varias personas; los fijos éramos Mario y yo, aunque durante un tiempo vivió German, luego Manuel y en ocasiones invitados varios.

martes, 20 de diciembre de 2016

El Serrucho

Mucho me temo que con esta historia va a pasar como con la de "mi vida en los aviones", que gustó mucho entre los hombres pero no así entre las mujeres; en cualquier caso hay que pensar que no se puede agradar siempre a todo el mundo y por eso ahí va.

El serrucho es ante todo una lamentable técnica para ligar, presumiblemente estuvo de moda en los años 90 y que yo recuerde la primera y única vez que vi su puesta en práctica fue de manos de mi amigo Miguelito siendo el resultado bastante nefasto.

Según mis recuerdos la cosa fue así:

En aquella época, yo ya estaba trabajando como ingeniero becario en las afueras de Madrid, construíamos la Nueva Sede de Telemadrid, era mi primer trabajo como ingeniero y estaba encantado de la vida,  en esta primera etapa todavía compaginaba ese trabajo con el servicio militar (la mili) y aún me tocaba echar una mano en la pastelería y por supuesto sin olvidar el gimnasio, la moto y algo de cachondeito.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Mi primer libro

El pasado 26 de noviembre hicimos la presentación de mi primer libro, 21 HISTORIAS DE MI VIDA.
En este libro se reúnen las historias que llevo publicadas en el presente blog y fueron corregidas y enmaquetadas por Javier Cabrera para su posterior publicación.
Para la ocasión hicimos un acto de presentación privado en el Club de Radazul, como imaginaba que debía decir unas palabras durante la presentación, preparé en el avión que me traía de Gambia ese mismo sábado una reflexión de lo que me había llevado publicar ese libro, la introducción fue a cargo de mi amigo Juan Narbona y aquellas palabras son las que copio a continuación:

Sábado 26 de noviembre de 2016

Acabo de llegar de Africa, en el avión venía reflexionando sobre que contaros si finalmente me decidía a hablar.
Quería dar alguna explicación sobre el porque de este acto y de este libro, y eso es lo que más menos voy a intentar ahora.

Para mí, La vida se debiera dividir en tres partes, tres periodos o tres etapas bien diferenciadas, y me explico.

El primer tercio de tu vida es claro y se caracteriza marcadamente porque haces más o menos lo que te dicen: primero tus padres, luego tus mayores, tus profesores, etc; es en definitiva una etapa en la que debes obedecer y adquirir conocimiento para el futuro(unos con más esmero, otros con más acierto, bueno y algunos sin esmero ni acierto)

sábado, 30 de enero de 2016

El París-Dakar (Soma)

Comida y mus.

Sábado, 30 de enero de 2016

Estoy tumbado en la cama intentando analizar la soberana locura que cometí esta semana y, como siempre en mis historias, lo mejor será escribirlo para que sean mis amigos que las leen quienes opinen sobre si esto es locura, valentía, imprudencia o simplemente esa puñetera adicción a las emociones intensas que parece perseguirme de por vida.

Todo empezó el lunes 25, Mario, Manuel y yo aterrizamos en Dakar procedentes de Tenerife; Manuel y yo habíamos pasado la semana anterior trabajando entre Madrid y Paris, esta semana en cambio tocaba África y se presentaba cargada de trabajo, con varios viajes por delante para unos y muchas horas de ordenador para otros.

Antes de iniciar nada y debido a lo inadecuado de la hora de llegada para trabajar, las dos de la tarde, decidimos que lo más importante que podíamos hacer en ese momento era darnos una buena comida.
Los entrañables cuidadores de nuestros estómagos, Paco y Juan Carlos, habían decidido que, ya que los lunes cierra el restaurante de Paco,  esta vez haríamos una comida en un chiringito junto a la playa donde cuyo propietario, un tal Santos procedente de Cabo Verde, nos tenía preparado un enorme pescado al horno.

domingo, 26 de julio de 2015

Iván se convirtió en un héroe

Domingo, 26 de julio de 2015

¡Acabo de ver morir a un niño de unos 4 o 5 años!
Estaba pasando el domingo en el hotel Coco Ocean, en Banjul, y un pequeño niño negro se acaba de ahogar en la piscina. Una mujer gritaba histérica, hemos mirado, y un joven sacaba en sus brazos a un niño del agua, se ha producido un tumulto, mucha confusión y gritos de histeria. Acto seguido, varios intentos torpes de primeros auxilios, pero todo en vano.

El niño yacía inerte después de unos minutos; creo que si hubiese habido un socorrista o un médico cerca, el chiquillo se hubiese salvado, pero no ha sido el caso. Supongo que, la delgada línea entre la vida y la muerte es sólo eso; hace unos minutos el niño estaba jugando enfrente de Carlos y mía, y ahora el chiquillo ya no existe, nos hemos quedado acongojados.

A raíz de esto, me acaba de venir a la cabeza una historia que hace tiempo quería contar sobre mi hijo Ivan. Y es que Ivan tiene una estrella, o eso es lo que pienso firmemente de mi hijo Iván.